ROMITA, Guanajuato | #MarcaPersonal | Incapaz de reconocer errores e indeciso a la hora de querer marcar el paso, Oswaldo Ponce se debate alicaído entre depender del ex alcalde Jesús Granados o desprenderse definitivamente de él.
De hecho, las fuerzas opuestas al grupo gerardista del priismo romitense aseguran que Jesús Granados es el cerebro que toma las decisiones detrás del Alcalde.

‘Chucho’ Granados, quien fungió como alcalde de Romita entre el 2003 y el 2006, es tío del actual Presidente Municipal y, desde la óptica de la oposición política, es el jefe de facto. En términos populares, es ‘la mano que mece la cuna’.
Infestado de consejeros sin noción del presente, Oswaldo se escurre entre los ciudadanos. Prefiere hacerse el desaparecido y no dar respuesta a las demandas más apremiantes de la ciudadanía.
Títere y factótum de Jesús Granados, el Alcalde romitense se diluye, su nombre no pesa en el directorio político. Desapareció de la agenda pública.
Impulsado por el grupo del enflaquecido Gerardo Sánchez y alimentado en votación por panistas rebeldes y resentidos, Oswaldo Ponce llegó a la Presidencia Municipal, pero en un momento prematuro para gobernar un pueblo chico, de lo cual se desprende una interpretación: Romita tiene un Alcalde aún dubitativo.
Las fuerzas antagónicas expresan que el ex alcalde priista de Romita, Rogelio López, no se equivocó cuando pidió emitir un voto de castigo en contra de Oswaldo Ponce en el 2015 y apoyar la candidatura del panista Luis Ramírez, quien finalmente obtuvo el triunfo en las urnas y, por lo tanto, envió a su rival a la sala de espera.
Por todo lo anterior, el aforismo político más utilizado en Romita es lapidario: Jesús Granados gobierna a través de un títere con barba de candado.



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